Woody Allen firma su pelÃcula más romántica y divertida en años
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PUNTUACIÓN: 60/100
A sus 83 años, Woody Allen no baja el ritmo y sigue realizando pelÃculas a razón de una al año. De un tiempo a esta parte mejor valorado en Europa que en Estados Unidos, el realizador neoyorquino por antonomasia ha compuesto una filmografÃa tardÃa desigual, en la que encontramos joyas como Match Point, Medianoche en ParÃs o Blue Jasmine y trabajos menos memorables como A Roma con amor o Magia a la luz de la luna, con las que a menudo le han acusado de trabajar con el piloto automático -un tópico tan manido como cierto en este caso. En su última pelÃcula, DÃa de lluvia en Nueva York nos encontramos a Allen en un punto intermedio, entre la inspiración y la rutina.

(Jessica Miglio; cortesÃa de A Contracorriente)
A raÃz de los movimientos #MeToo y Time’s Up, las acusaciones de abuso sexual por parte de la hija de Allen, Dylan Farrow, resurgieron, poniéndolo de nuevo en el punto de mira. A pesar de que las disputas fueron resueltas a favor del director, que nunca ha sido procesado, un sector de la industria y el público le ha dado la espalda en este nuevo clima social. Como resultado, perdió su contrato con Amazon Studios, que decidió no distribuir su último filme en Estados Unidos (él ha respondido con una demanda millonaria), y numerosas estrellas de Hollywood lo han condenado o se han arrepentido públicamente de trabajar con él. Entre ellos se encuentra el protagonista de DÃa de lluvia en Nueva York, Timothée Chalamet, que en plena campaña para el Oscar por Call Me by Your Name decidió renegar de la pelÃcula y donar su salario –Allen no parece guardarle rencor, sabe que fue una decisión estratégica.
Nada de esto ha detenido el estreno de la pelÃcula en Europa. Lo cierto es que Allen no se ha enfrentado al mismo nivel de escrutinio por parte del público europeo, que siempre ha sido más laxo y cuya fidelidad hacia el director de Annie Hall y Manhattan no ha desaparecido. Después de que los citados contratiempos dejaran 2018 sin su tradicional pelÃcula de Woody Allen, DÃa de lluvia en Nueva York llega por fin el 11 de octubre a España, devolviéndonos nuestra cita anual con el autor. Él, por supuesto, ya está inmerso en su próximo proyecto, que se rueda en nuestro paÃs con un reparto formado entre otros por Christoph Waltz, Louis Garrel, Gina Gershon y los españoles Elena Anaya y Sergi López.
DÃa de lluvia en Nueva York es la historia de Gatsby (Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning), una joven y acaudalada pareja de universitarios que pasan un fin de semana en Nueva York con la excusa de que ella ha conseguido una entrevista con uno de sus directores de cine favoritos, Roland Pollard (Liev Schreiber). Sus caminos se separan y lo que Gatsby habÃa planeado como un dÃa romántico bajo la lluvia en la Gran Manzana acaba convirtiéndose en una aventura llena de contratiempos, encuentros y reencuentros que llevará a ambos a replantearse sus vidas.

(Jessica Miglio; cortesÃa de A Contracorriente)
Una de las constantes en el cine de Allen son los grandes repartos. Aunque hoy en dÃa muchos lo rechazan, hasta no hace mucho no habÃa intérprete de Hollywood que no desease tener al menos una pelÃcula de Allen en su filmografÃa. El cast de DÃa de lluvia en Nueva York es un ejemplo de ello. Además de Chalamet y Fanning, la pelÃcula cuenta con otra joven estrella e Ãdolo de masas, Selena Gomez -que consigue destacar a pesar de la brevedad de su papel-, y la participación de Diego Luna, Cherry Jones, Jude Law y Rebecca Hall. Todos ellos interpretan a los personajes con los que los protagonistas se irán topando a lo largo de esta jornada pasada por agua en la gran ciudad, componiendo una de las comedias de enredos más divertidas que Allen ha realizado en los últimos años.
Aunque Chalamet es técnicamente el protagonista (como es habitual, se encarga de interpretar al enésimo alter ego ficticio de Allen), la verdadera estrella de la pelÃcula es Fanning, que con una interpretación efervescente, graciosa y carismática se antepone al intérprete de The King, quien por su parte no parece del todo metido en el personaje y a menudo se limita a recitar sus lÃneas de memoria. Es una pena que, a pesar del buen trabajo de las actrices y los destellos de feminismo que hay en Ashleigh, Allen acabe cayendo en los defectos de siempre. Hay cierto aire de autoparodia que recorre la pelÃcula (la obsesión de Gatsby por el romanticismo de Nueva York), pero que no llega a afectar del todo a las abundantes escenas en las que Fanning se convierte en el objeto sexual de hombres mayores y con poder. Allen pierde (o se niega a aprovechar) una oportunidad perfecta para actualizarse reduciendo al personaje a una herramienta para el desarrollo del protagonista masculino y convirtiéndola en el cliché de la rubia tonta de siempre.
A pesar de esto, el director no ha perdido su capacidad para radiografiar las relaciones entre hombres y mujeres, dejándonos los diálogos ocurrentes y afilados a los que nos tiene acostumbrados. Su caracterÃstico humor envuelve una historia cargada de romanticismo, con un toque picante y un aire decididamente juvenil, pero a la vez chapada a la antigua, como de otro tiempo.

(Jessica Miglio; cortesÃa de A Contracorriente)
Allen sigue brillando como dialoguista, pero se le nota cansado como director, con planos secuencia torpes, tomas que podrÃan mejorarse, y en definitiva, la sensación de que todo está hecho con prisa. La pelÃcula está llena de buenos momentos y las risas están aseguradas, pero como le suele pasar últimamente, la historia pierde el rumbo con tramas que no van a ninguna parte y personajes que desaparecen (por ejemplo, la disputa matrimonial de los personajes de Jude Law y Rebecca Hall no aporta nada), para acabar forzando el final. El resultado es una pelÃcula irregular, muy divertida y llena de encanto, pero también descuidada en muchos aspectos.
Casi con toda seguridad, DÃa de lluvia en Nueva York será el último vestigio del Woody Allen neoyorquino de toda la vida. Incorregible a su manera y reacio a venir al presente, el director vuelve a profesar su eterno amor a la ciudad más icónica, asà como su pasión por el cine, el arte y la literatura, en una pelÃcula anticuada, sÃ, pero también reconfortante y nostálgica, como una lluviosa tarde de otoño. Para bien o para mal, a Woody Allen no hay quien lo cambie.
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